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Domingo 19 de septiembre


Ya termina el fin de semana y, con ello, una serie de jornadas con mucho estrés por encima. Días en los que no he parado de hacer cosas y no he tenido ni un ratito para poder disfrutar de mí mismo. Es más, tengo que completar el Gemlog Universitario, que se ha quedado un post ahí a medio terminar.


Además, este finde ha sido de lo más agobiante a nivel emocional. Cada día que pasa estoy más enamorado de mi chico, se me hace cuesta arriba y a veces me entran ganas de llorar por la impotencia y la impaciencia para estar con él. Tengo ganas de pillarme unos días libres de nuevo, bajar al sur y quedarme con él, de no salir de la cama, de abrazarlo, de sentirlo.


Hace 8 años terminé una relación a distancia que duró nada más y nada menos que 1 año y 9 meses, y que pasé muy mal por no poder estar con esa persona. Solo pido que esto no se repita.


Jueves 16 de septiembre


Hoy por fin libro en el trabajo -y mañana, espero-, así que puedo aprovechar a hacer cosillas siempre que me nazca en ese momento. Lo digo porque tiendo a ser muy vago y procrastino muchísimo.


No tengo mucho que contar por el día de hoy, porque lo de la universidad ya está puesto en otro Gemlog que creé específicamente para los estudios:


> Primera semana de clases en la universidad


Además, he estado un poco nervioso por varias situaciones del pasado que he recordado y que mi mente ha estado rumiando. A lo mejor hago una subsección en alguna parte de esta cápsula contando experiencias pasadas. No creo, pero no lo descarto.


Martes 14 de septiembre


Acabo de enterarme de que hoy ha sido la presentación de Apple, así que no tengo ni idea qué cosas nuevas ofrecen. Ya me lo miraré en otro momento.


La cosa es que el día ha ido bien, salvo por una situación que me tocó las narices y que, de algún modo, me puso nervioso. Si me seguís en Mastodon, sabéis que soy una persona bastante random y que pone lo primero que se le pasa por la cabeza siempre que tiene un móvil en la mano.


Pues esta mañana respondí a un toot que, bajo mi punto de vista, no tiene por dónde cogerlo. Es verdad que no solo me fui por otro lado, sino que también me expresé de una forma que tampoco es que fuese muy adecuada. Aun así, mi respuesta no implicaba un denominativo ni nada por el estilo, pero la respuesta de esa persona a mi comentario indirectamente sí. No suficiente con ello, la respuesta termina con un “me parece tan ofensivo que no responderé al resto de tus argumentos”. A lo “a mí ya no me hables, háblale a la mano”. Y sentó muy mal, así que lo bloqueé. Luego al rato lo desbloqueé, pero estaba ya con el cabreo encima. Ya pasó. No le daré más vueltas.


Por lo demás, muy bien. La tarde, genial. Ha llovido, ha hecho fresco, el trabajo ha ido maravillosamente… aquí ya no me puedo quejar. A ver mañana.


Lunes 13 de septiembre


Había empezado con ganas el día porque volvía a la universidad para estudiar algo que SÍ quería hacer y es de algo a lo que me quiero dedicar cuando acabe la carrera. Pero se estropeó por culpa de



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Este cambio tan brusco de ir bien a ir de culo, me ha dejado con los ánimos por los suelos. Porque después de salir de clase, no he parado de moverme por la ciudad. Primero he tenido que bajar al sur de la ciudad para firmar una puñetera novación que no me mandaron por correo porque no les ha salido del coño. Como es una empresa muy bien conocida por su ✨RAPIDEZ✨ en la gestión de papeleo, pues han hecho que llegue a trabajar, HABIÉNDOME AVISADO MIENTRAS YO ESTABA EN CLASE. De ahí, me tuve que ir, literalmente, a la otra punta de la ciudad haciendo que llegue tarde 25 minutos (habiendo salido casi 1 hora antes del comienzo del turno de trabajo). Vamos, que estoy ahora mismo que trino.


En fin. Lo bueno de todo es que siempre está ahí mi niño para apaciguarme los ánimos. No sabéis lo mucho que le quiero.


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